EL MEJOR PERRO DEL MUNDO.

Hoy quiero rendir un humilde homenaje a Bruno, el mejor perro del mundo.
Mi bruno vivió poco, solo dos añitos (de hecho hoy cumple un año de que murió), pero a pesar del corto tiempo que estuvo con nosotros, nos dio grandes alegrías y toneladas de amor.
Originalmente este dulce perrito no iba a ser nuestro, sino que pertenecía a los futuros suegros de mi hermano, pero cuando se enteraron que había nacido enfermo no lo quisieron (nunca voy a dejar de dar gracias por ello), y por ese motivo pasó a formar parte de la familia.
Bruno nació con una malformación inoperable, con una especie de bolsa que le impedía que los alimentos solidos llegaran a su estómago, alimentarlo era toda una aventura ya que había que darle una medicina (liquida) y mantenerlo cargado media hora en posición vertical; después había que moler comida para hacerle una papilla y debíamos poner su platito sobre un banco para que el comiera parado y así el alimento llegara a su estómago, una vez que terminaba tenia que permanecer derechito otra media hora para que no devolviera la comida. Eso había que hacerlo 4 veces al día.
Creo que Bruno es el único perro que a tenido madrinas, como yo trabajo de 9 a 7 cada día y la señora que ayuda en casa es una persona ya mayor, no sabia como hacer para cumplir su horario de comidas, pero, como dice mi madre, todo en esta vida tiene solución, así que entre ella y las vecinas se turnaron para ayudarme con 2 sus comidas (y ninguna de ellas falló durante los dos años).
Con tanta atención Bruno se volvió un perro sumamente sociable, cuando alguien llegaba a casa de visita, esperaba que la persona se sentara y ágilmente saltaba a sus piernas para que lo acariciara, recompenzando a la persona con una interminable serie de lengüetazos en sus manos. !Nadie podía resistirse a su encanto!.
Solía dormir en mi cama, pero no permitía que nadie cerrara la puerta de su cuarto por las noches, ya que le gustaba hacer visitas nocturnas a los demás ocupantes de la casa.
A Chabela, nuestra gata, la perseguía por toda la casa, pero en ocasiones se acostaba junto a ella y dejaba que lo lamiera como si fuera su hijito.
Su puesto de observación era un sillón de la recámara principal el cual da a una ventana por donde se ve la calle; no importaba la hora que fuera, el esperaba ahí a que el último habitante de la casa llegara y solo después de saludarlo se iba a dormir.
Se que todo lo anterior parece trivial, pero en verdad Bruno tenia lo que se suele llamar sangre liviana y una enorme cantidad de ternura que no escatimaba con nadie, de perro cuidador no tenia absolutamente nada de nada.... más de una vez lo vi llevando su juguete de peluche al señor que nos llena al tanque de gas para que se lo aventara.
Mis mejores recuerdos son de el sentado en mi regazo mientras yo leía un libro en el jardín, o verlo en la ventana y escuchar sus ladridos cuando llegaba de la oficina.
Se fue de esta vida tan y como la habia vivido, recostado junto a mi y lamiendo cariñoso mi mano.
Mi Bruno querido !como te hecho de menos!.

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